La Gran Mentira de la Iglesia Cristiana
Por Mariela Perez-Rosas
Antes de poder plasmar con palabras lo que descubrí estudiando las Sagradas Escrituras quiero hacerles recordar las palabras de nuestro amado Yeshua cuando dijo:
“…y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.”
Juan 8:32
¿Y qué es la verdad? ¡Su Palabra es Verdad!
Siendo que su Palabra es verdad y el no miente ni cambia, entonces debemos preguntarnos: ¿Cómo es que Yeshua y todos los Apóstoles, incluyendo el mismo Pablo asistían a la Sinagoga el día Sábado, los creyentes el día de hoy que han sido injertados al olivo natural, Israel (Rom 11) guarden otro día y encima estén totalmente desconectados con sus raíces hebreas? Si ya se la respuesta, porque como Yeshua resucito el primer día de la semana, es decir el Domingo, la iglesia se cree con derecho a guardar ese día, (aunque yo pienso que ningún hombre o institución tiene derecho a cambiar lo salido de la boca de Yahweh) la iglesia decidió honrar el día Domingo.
Amado hermano o hermana y si usted es Pastor entonces es tiempo que tome una decisión con respecto a lo que leerá a continuación.
Desde que estudie el Hebreo, me di cuenta de lo importante que era para poder saber el verdadero significado de las Palabras de las Sagradas Escrituras, ya que muchas personas desconocen que tristemente no encontramos una Biblia que haya traducido exactamente algunas de las Palabras de las Escrituras, ya que créalo o no “todas las Escrituras han sido traducidas de acuerdo a la forma de pensar del traductor, es decir están influenciadas por su creencia.” Y al decir todas, incluyo también las Biblias de las Sociedades Judías.
Lo que el Señor me llevo a descubrir haciendo un estudio, ha sido algo que me sacudió hasta lo más profundo de mi ser y solo tenía un sentir, una gran pena y tristeza en mi alma al ver que no hay temor del Señor.
Cuando puse por nombre a este articulo “La gran mentira de la iglesia cristiana” lo hice porque en ella no incluyo a los católicos, que a pesar que tienen una doctrina anti-bíblica completamente, por lo menos son honestos al confesar que ellos hicieron el cambio del día de guardar es decir del Sábado a Domingo, este es uno de sus comentarios:
Peter Geiermann, Catecismo de la Doctrina de la Iglesia Católica (1957):
Pregunta ¿Cuál día es el día de reposo?
Respuesta: El sábado es el día de reposo?
Pregunta ¿Por qué observamos el domingo en lugar del sábado?
Respuesta “Observamos el domingo en lugar del sábado porque la Iglesia Católica transfirió la solemnidad del sábado al domingo”.
En cuanto al cambio de la observancia del sábado judaico al domingo cristiano, quisiera llamar la atención a los hechos:
1) Que los protestantes, quienes aceptan la Biblia como su única regla de fe y religión, deben por todos los medios regresar a la observancia del sábado. El hecho de que no lo hacen, pero, por el contrario, observan el domingo, los pone en ridículo a los ojos de todo hombre pensante.
2) Nosotros, los católicos, no aceptamos la Biblia como la única regla de fe. Además de la Biblia tenemos la Iglesia viva, la autoridad de la Iglesia, como una regla para guiarnos. Declaramos que esta Iglesia, instituida por Cristo para enseñar y guiar al hombre por la vida, tiene el derecho a cambiar las leyes ceremoniales del Antiguo Testamento, y, por lo tanto, nosotros aceptamos su cambio del sábado al domingo. Declaramos con franqueza que la Iglesia realizó este cambio, hizo esta ley, al igual que ha hecho muchas otras leyes — por ejemplo, el viernes de abstinencia, el celibato sacerdotal, las leyes que tienen que ver con los matrimonios mixtos, reglamentación de los matrimonios católicos y mil leyes más.
«Siempre causa algo de risa ver a las iglesias protestantes, en el púlpito y a través de legislación, exigir la observancia del domingo, de la cual no hay nada en su Biblia». Peter R. Kraemer (Sociedad Anexa de la Iglesia Católica) (1975, Chicago, Illinois, EE.UU).
Veamos algunos pasajes y como han sido traducidos:
Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana,
fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro.
Mateo 28:1
Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirlo.
Muy de mañana, el primer día de la semana,
vinieron al sepulcro, recién salido el sol…
Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana,
el primer día de la semana,
apareció primeramente a María Magdalena,
de quien había echado siete demonios.
Marcos 16:1-2, 9
El primer día de la semana, muy de mañana,
fueron al sepulcro llevando las especias aromáticas que habían preparado,
y algunas otras mujeres con ellas.
Lucas 24:1
El primer día de la semana,
María Magdalena fue de mañana,
siendo aún oscuro, al sepulcro y vio quitada la piedra del sepulcro.
Juan 20:1
El primer día de la semana,
reunidos los discípulos para partir el pan,
Pablo que tenía que salir al día siguiente,
les enseñaba, y alargó el discurso hasta la medianoche.
Hechos 20:7
Cada primer día de la semana,
cada uno de vosotros ponga aparte algo,
según haya prosperado, guardándolo,
para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.
1 Corintios 16:2
Como se habrán dado cuenta en todos estos pasajes encontramos la frase: “primer día de la semana,” que bien sabemos equivale a Domingo. Pues a esto me refería cuando dije “la gran mentira de la iglesia cristiana.” Aunque debo reconocer que quizá no sea de la iglesia directamente sino de las Sociedades Bíblicas que son las encargadas de revisar y traducir las Sagradas Escrituras. Y es que el ser humano confía mucho en el hombre y no se pone a investigar ni entienden que se nos ha mandado a escudriñar las Escrituras, sobre todo cuando vemos que no hay una concordancia con el Primer Pacto y el Pacto Renovado. Y esto fue lo que descubrí, que en todos estos pasajes que nos han traducido como “primer día de la semana,” la palabra Griega que encontramos es: σ?ββατον Sabaton (Str#4521) Sábado.
En otras palabras, Yeshua resucito el Sábado y no el Domingo. Esta misma palabra Griega la tradujeron como Sábado en los siguientes pasajes, como cuando Yeshua se presentaba en la Sinagoga, que todos sabemos guardaba el Sábado y no el Domingo: Mateo 12:1-2, 8; Marcos 1:21; 3:2; 6:2; Lucas 6:2, 5-6; 13:10; Juan 5:9-10; 9:14, 16; Hechos 13:14, 27, 42, 44; 15:21; 16:13; 17:2; 18:4
Muchos de ustedes pensaran que como se puede comprobar lo que les digo siendo que la mayoría no hablamos Griego. Pues las primeras traducciones de la Biblia, es decir las dos primeras ediciones, de Casiodoro de Reina (1569), llamada la Biblia del Oso, y de Cipriano de Valera (1602) llamada la Biblia del Cántaro, tradujeron correctamente, las que hicieron el cambio serian las traducciones posteriores, supuestamente revisadas, por las Sociedades Bíblicas Unidas en 1909, 1960 y 1995, como por ejemplo:
Más como Jesús resucitó por la mañana,
el primero de los sábados, apareció primeramente a
María Magdalena, de la cual había echado siete demonios.
Marcos 16:9
Y el primero de los sábados, muy de mañana,
vinieron al monumento, trayendo las drogas aromáticas
que habían aparejado, y algunas otras mujeres con ellas.
Lucas 24:1
Y el primero de los sábados, María Magdalena vino de mañana,
siendo aún tinieblas, al sepulcro;
y vio la piedra quitada del sepulcro.
Juan 20:1
En cuanto a la colecta para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las Iglesias de Galacia.
Cada primer sábado, cada uno de vosotros aparte en su casa,
guardando lo que por la bondad de Dios pudiere;
para que cuando yo llegare, no se hagan entonces colectas.
1 Corintios 16:1-2
Entonces hermano, hermana o Pastor ¿Qué debemos hacer al respecto? Seguiremos endureciendo nuestro corazón, o vamos a poner como nuestra prioridad la Palabra del Eterno, antes que las doctrinas y mas sabiendo que hemos sido engañados. Es el tiempo de la restauración de todas las cosas, sabiendo pues que nuestro Mesías esta a las puertas y el viene por una iglesia sin arruga y sin mancha. ¿Cuántos estamos dispuestos a perder todo a causa de su Palabra o su verdad? Cuantos podemos decir que verdaderamente lo conocemos, como dice la Escritura:
En esto sabemos que nosotros lo conocemos,
si guardamos sus mandamientos.
El que dice: «Yo lo conozco», pero no guarda sus mandamientos,
el tal es mentiroso y la verdad no está en él.
Pero el que guarda su palabra,
en ese verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado;
por esto sabemos que estamos en él.
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
1 Juan 2:3-6
»Bienaventurados los que guardan sus mandamientos
(lavan sus ropas es lo que nos tradujeron)
para tener derecho al árbol de la vida
y para entrar por las puertas en la ciudad.
Apocalipsis 22:14